
¿Cómo comenzar?
En esta casa tenemos un lema. Si quieres que algo cambie lo primero que tiene que cambiar es como lo haces. Si te planteas un viaje a una ciudad y acabas llegando a otra totalmente distinta, ¿que harías? ¿Volverías al inicio y tomarías de nuevo la misma carretera para ver si por casualidad la cosa cambia, o elegirías cualquier otra carretera excepto esa?
Seguro que has elegido la segundo opción, porque el mismo camino nunca te va a llevar a distinto destino y eso en cuestiones de viajes y carreteras lo tenemos claro. Cuando hablamos de estilo de vida y alimentación, tomamos constantemente el mismo camino y nos acabamos sorprendiendo y enfadando por llegar siempre al mismo sitio. Sigue leyendo y te daremos unos consejos para cambiar el camino y no perderlo.
- SE IMPACIENTE PARA EMPEZAR PERO PACIENTE PARA LLEGAR. Si no paras de posponer el inicio de tu cambio, ¿por qué tienes tanta prisa por ver el resultado? Toda acción necesita un tiempo para obtener resultados y que tu no los veas o sientas, no significa que no estén ahí o que no vayan a llegar. Y cuando tengas claro tu objetivo, no lo pierdas de vista, porque va a ser tu tabla de salvación. No te vamos a mentir, cambiar no es fácil pero es posible. Por lo tanto, aférrate a tu motivo y objetivo, tendrás fallos pero si trabajas y perseveras, LLEGARÁ.
- ELABORA TU PLAN DE ACCIÓN. Piensa como quieres hacer las cosas a partir de ahora, pero no vale hacerlo de cualquier manera:
Se sincero contigo mismo y piensa las razones que te impulsan a cambiar.
Piénsalas en positivo, no uses “no me gusto” usa “me quiero ver mejor”.
Se concreto, no vale “comer más fruta” nos vale “merendar fruta todos los días”.
Se como los ciclistas, fija objetivos por etapas. Los objetivos pequeños hacen que pierdas el foco y te acabes cansando. Piensa en pequeño para conseguir algo grande.
- DEJA LOS NÚMEROS PARA EINSTEIN. Preocúpate por comer bien, en cantidad adecuada, de calidad, basado en vegetales y frutas, hidrátate, muévete y el resto vendrá solo, sin contar calorías. Y no te equivoques el plátano, el arroz o los garbanzos con comida sana y rica y no son el coco, puedes tomarlos sin miedo.
- COCINAR ES UN MANERA DE DECIR-TE QUIERO. Si quieres comer bien, tienes que cocinar, no te queda otra. No tienes que conseguir una estrella Michelin, pero si encender los fogones. Puedes organizarte con un batch cooking o cocinar a diario, organizarte menús y navegar por libros y redes en busca de inspiración o quedarte en los básicos de siempre, pero dedícale un poco de tiempo a la cocina para cuidar de tu alimentación.
- VE A COMPRAR COMO SI FUERAS A UNA CARRERA DE OBSTÁCULOS. Ya sabes lo de más mercado y menos supermercado, pero al final, no nos vamos a engañar, siempre buscamos comodidad y el ir de sitio en sitio buscando lo mejor no es lo más factible para los que no nos da la vida.
Hay que aprender a manejar el súper, llevar la compra planificada, buscar la ruta correcta dentro de él, esquivar las ofertas satánicas y conseguir cruzar la meta sin despeinarse.
- ENTRENA MIENTRAS ELLOS DUERMEN. Incluye algo de ejercicio en tu día a día, mantente activo y comienza con algún ejercicio fácil que te guste, así te será más fácil engancharte. No te pases de intensidad, de lo contrario acabaras lesionado y alejándote de tu objetivo. Siempre que puedas, consulta a algún profesional.
- COME A DIARIO EN EL RESTAURANTE DE TUS SUEÑOS. Cómprate una vajilla que te guste, un mantelito bonito, escucha una lista de música que te guste, ponte unas flores en la mesa o sírvete el agua en copa, pero haz cualquier cosita que te haga pensar que estás en el mejor restaurante.
- EL DESCANSO ES PARTE DEL ENTRENAMIENTO. Dormir suficiente y descansar de la rutina es muy importante. El descanso nocturno suficiente y la mente despejada es uno de los pilares del estilo de vida saludable. Pero no solo hay que dormir, hay que saber disfrutar de una buena comida en buena compañía y de un día libre de entrenos. Ya sabes, a veces hay que perder el norte para encontrar el sur!
- SE MAS LISTO QUE EL HAMBRE! Anticípate al hambre, ya sea fuera o dentro de casa. Si en casa tienes comida saludable a mano, cuando llegues a casa con mucha hambre, el algo rápido se convertirá en rápido y sano. Cuando salgas, si llevas pensado de antemano que pedirás, si de postre tomarás fruta o será un dulce a compartir… será mucho más difícil que tu demonio del hambre pida por ti, haciendo probablemente una elección de peor calidad.
- APRENDER A DECIR NO, ES APRENDER A RESPETARTE. Siempre habrá gente que te diga “bahhhh, si por uno no pasa nada!!” y es verdad, no pasa nada, pero no pasa nada si te apetece a ti! Tu decides cuando y como.